Aquellas noches de Arcángel con sus cosas
- Publicado en Reseñas
Arcángel, uno de los cuatro o cinco cantaores más representativos del flamenco actual, grabó su próximo álbum Tablao en Corral de la Morería, los días 29 y 30 de mayo, inaugurando la programación del VI Festival Flamenco del tablao flamenco más famoso del mundo. Isamad y Jaci González cuentan todo sobre aquellas noches de Arcángel, con fotos de Pacolega.
Ha nacido una estrella
Por Isamad
Que Arcángel no es nuevo, que han pasado quince años desde aquel "dame limones…" que tanta frescura aportó, ya lo sabíamos; pero a veces nos preguntábamos a menudo con cierto asombro: ¿Por qué no acaba Arcángel de dar el gran salto que se merece?¿No le podrá todavía aquella etiqueta de joven promesa del cante flamenco?
Nos demostró el viernes pasado en el Corral de la Morería que no, que ya le ha llegado la madurez, esa que aporta enjundia a los buenos vinos. Fue un show totalmente calibrado y agenciado, lejos de esa supuesta espontaneidad que conllevan los tablaos. Digno, en verdad, de una estrella de rock. De hecho, justo antes de la actuación, se respiraba un ambiente electrizado, un revuelo inusual en el mundillo flamenco. Al ballet perfectamente orquestado de camareros y jefes de sala, se sumaban los preparativos propios de una grabación en directo (ya que las dos noches de actuación quedarán reflejadas en un disco que saldrá en otoño), con despliegue de cables, micros y cámaras por adaptar al escenario. No cabía ni un alfiler y el público variopinto, moderno, apuraba las copas con ansiedad de vértigo. En la barra había chicas guapas, tremendas, guitarristas afinando el instrumento, bailaores amigos, músicos, gente de la discográfica, y hasta un flamencólogo mimetizado con Bob Dylan.
El primer set empezó con unas cantiñas inauditas ¿Empezar por alegrías y no por malagueñas u otro cante quizás más difícil?). Arcángel entró, arropado por Diego del Morao, Dani del Morón, cuatro (¡¡4!!), palmeros, (Los Mellis, Carlos Grilo y Diego Montoya), verdadera guardia pretoriana que imprime el compás con precisión de metrónomo en todo momento, pero con sutileza, sin invadir ni avasallar. ¿Cómo cabían tantos músicos en un espacio tan diminuto? Aquello era más propio de un grupo de rock con estrellas invitadas de lujo. Arcángel le da la vuelta a los tópicos del cantaor solitario de silla de enea, mano en el pecho y mirada profunda, dejando claro que hace las cosas a su manera, sencilla pero con un criterio exquisito. Está a gusto, domina perfectamente el lenguaje corporal, disfruta, hace disfrutar y eso se nota; nunca un cantaor hizo tanto bailar la silla de enea como ayer. Eso sí, siempre desde un profundo conocimiento de las raíces del cante.
Por tangos entraron rotundamente Miguel Ángel Cortés y la letrilla de Isidro Muñoz, con ese toque de cotidianidad y humor tan propios del escritor; letrilla que, para evocar la locura de amor prescinde de los "Ay ay, ay, cuanto sufro, morena…" para burlarse de la dislexia del enamorado, que escribe "con B, Valencia y con V, Barcelona…" Las bulerías, a ritmo de vértigo, dejaron al público noqueado y con ganas de más. En el segundo pase, volvió un Arcángel sosegado, metido de lleno en unas seguiriyas con Miguel Ángel Cortés, sobrio, que dejó paso a Dani del Morón, brillante en la espléndida soleá. "Siempre esperando que el futuro llegue, el futuro ya había pasao, por delante de tu carita, y tú no te habías enterao". Gran labor la de los tres guitarristas que junto al maestro, se lucían al alimón. Por fandangos, marca de la casa, nos deleitó el cantaor dejando a quien corresponda un mensaje final: "Un cortecito de manga pa el que se crea tu dueño".
Habrá quien diga que si alarga demasiado los cantes, que si "el cante de hoy, que si el cante antiguo…". Nos consta que, en otra vida pasada, Arcángel estuvo metido de lleno en estos debates que agitan de manera recurrente la "esfera" flamenca. Pero hoy, está claro que no. En esta noche bruja derrochó modernidad, sabiendo integrar lo antiguo, insolencia y talento a espuertas…¡Qué bien poder disfrutarlo la noche siguiente también! Sí, parece que ha nacido una estrella.
Arcángel con sus cosas
Por Jaci González
En los días anteriores, muchos me preguntaban por qué se hacen este tipo de cosas tan tarde. Tiene explicación: algunos de los mejores momentos flamencos de las últimas décadas han sucedido más allá de la medianoche, en Corral de la Morería. Cuando Mairena se encontraba con Porrina, Caracol soltaba versos a Ava Gardner, Nureyev bailaba, Jesús Hermida se comía un bocadillo, Manuel del Rey entendía todos los idiomas sin necesitar hablar casi ninguno, y un Sah de Persia encontraba su princesa. Todo eso, además, era asunto principal en las secciones de cultura, sociedad y espectáculos de los principales diarios, cuando contar cosas con arte era más relevante. Aquellas eran las Noches Brujas, como las noches en las que Arcángel ha grabado cosas, sus cosas. Porque casi seis décadas después, esto sigue siendo Corral de la Morería, que elegancia existir Blanca del Rey como anfitriona.
Oficialmente, seis cantes por noche, casi los mismos cada noche pero daba lo mismo, porque por suerte Arcángel no sabe ser idéntico repitiendo conceptos. Extraoficialmente, hubo más cosas grandes entretenidas, claro. Pero lo que sucede a partir de cierto momento en las noches de Corral de la Morería, se queda en el Corral.
En lo oficial, por cantiñas empezó el viernes y terminó el sábado, unas cantiñas que seguiremos descubriendo con el paso de los años. Que bonito resulta que Arcángel nunca se vaya por lo evidente, porque él es muy de inventar sus cosas. Sí, ya está muy usado eso de explicar que él es heredero conceptual de Enrique, lo sé. Pero aún no está suficientemente explicado el cómo, de que manera, porque él no canta Morente, asimila Enrique, las cosas. Arcángel lleva su morentismo en el fondo pero no en la forma, en un sentido parecido a esos bailaores que se meten a evolucionar bien la escuela de Pilar López y Antonio Gades, donde lo principal es adquirir un fondo conceptual que lleve a diferenciar y personalizar el arte propio. Ser fiel al maestro es intentar alejarse de lo que hizo el maestro, que la leyenda sucesoria continúe estableciendo nuevos caminos. Arcángel es morentiano sin imitar a Enrique ni parecerse a Enrique, de hecho muchas veces incluso se acerca más en la forma a Pansequito que a Morente. Que trío de mundos muy propios pero en cierto modo conectados, Morente-Pansequito-Arcángel, ninguno es calvo. Que de pelos en la cabeza los tres, que personalidad hasta para las cosas de los peines.
click sobre las imágenes para ver a mayor tamaño
https://aireflamenco.com/10-publicaciones/resenas/2456-aquellas-noches-de-arcangel-con-sus-cosas#sigProIded785499f2
Arte grande en la soleá del viernes con Diego del Morao, la seguiriya del sábado con Miguel Ángel Cortés, y la función integradora general de asuntos junto a Dani de Morón. Aparte de un par de intervenciones puntuales de Diego del Morao, las cosas de sonantas estuvieron durante las dos noches en el equilibrado contraste entre los mundos de Miguel Ángel y Dani. Son tan diferentes que se complementan con interesante perfección. Miguel Ángel que es muy actual para traer el pasado, y Dani que sabe ser antiguo para presentar el futuro. En el centro, el ser humano onubense cantaor que siempre es pasado, presente y futuro. Estas cosas, más que desde la perspectiva musical o el análisis flamenco, podrían verse desde la física, la cuántica, cuantícas cosas... Las cosas de la teoría de cuerdas, superposición de dimensiones, relatividad, diferentes realidades alternativas coincidentes en espacio y tiempo. Pero con Arcángel, el gato de Schrödinger en vez de paradoja tendría secreto, quizás siempre resultaría vivo aunque no se abriera la caja que esconde el secreto. Porque el cante de Arcángel es como si la caja del gato de Schrödinger fuera transparente, estás viendo qué le sucede al gato, de hecho ves que está vivo, pero aún teniendo la paradoja supuestamente resuelta, viendo que está vivo, no se descubre el asunto, que continúa siendo un secreto aunque se muestre claramente. Por eso siempre sorprende. Una cosa es cantar bien, otra distinta aprenderse muchas cosas cantables... Y otra muy diferente es ser artista, alguien que cante bien y sepa cosas pero que eso sea solamente la base para inventar sus propias cosas, como Arcángel. Isamad dice que ha nacido una estrella, y así es. Ser después el universo que puede ser dependerá solamente de establecer un ecosistema acertado. El artista ya es artista al máximo posible.
Fotos: Pacolega