Pasó en Cádiz, pasó en La Merced
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¿Hasta dónde nos puede llevar un remate? ¿Está bien hablar de cosas importantes en un concepto flamenco? ¿Es legal reír en la escena? ¿Qué pasaría si pasara?
Pues pasó. Tenía que pasar.
¿Dónde?
En La Merced, el pasado sábado 26 de noviembre, en el marco de la programación que se celebraba en Cádiz por el Día Internacional del Flamenco: El Junco, Riki Rivera y Roberto Jaén montaron su fábrica de eventos rítmicos, armónicos y cómicos ante un aforo repleto.
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Riki Rivera fue más que una guitarra sentimental. Todo Cádiz se identificó con sus mensajes, con sus cosas, tanto como con sus armonías por guajiras que dieron comienzo a una gran noche: Poner en cuestión el metalenguaje del flamenco, reivindicarlo, investigarlo desde diversos puntos de vista, y además, con humor, era algo que tenía que pasar.
El Junco, fue más que un baile original. Y no necesitábamos verlo haciendo un marcaje por bulerías con delantal de médico para darnos cuenta. Ya sabemos que El Junco es capaz de teorizar por alegrías sobre los rasgos identitarios de los niños de algunas provincias de España, rematando a compás y con risas, una por una, hasta llegar a Cádiz, donde todos tenían claro que en La Tacita de Plata los niños se crían sanos con el Tirititrán.
Supuestamente, lo único que faltaba esa noche era cante. Pero estábamos en Cádiz, y hablábamos de flamenco en un sitio donde las cosas suceden.
¿Dónde?
En la Merced.
Aquel momento donde El Junco pedía bailar e hizo falta cante, desde el aforo nos salvó Anabel Rivera, porque “Cádiz tiene solera…”. Al instante la siguió Encarna Anillo y luego David Palomar. Todos sorprendidos, y a la vez no: Porque tenía que suceder y eso se tenía que encadenar con la patada del Palomar que ya conocen, además de todo Cádiz, más de 200.000 seres humanos que ya lo han visto en AIREFLAMENCO.com.
Todo podría parecer más irreal que el registro audiovisual de los últimos 20 años de bienales y festivales flamencos de Cádiz, el cual Riki Rivera había pedido armar en una de las salas de la Merced. Pero claro, entre risas, se dio cuenta que lamentablemente no existe tal cosa.
En tiempos donde el mundo se lleva por grandes corrientes irreales, las noches donde suceden cosas de verdad, se notan. Esto fue un estreno para sus creadores, y a la vez un estreno para el flamenco. ¿Qué pasaría si pasara otra vez? Cádiz es flamenco.
¿Dónde?
En La Merced.
Por Agu Gallardo