El origen y destino del flamenco

El origen y destino del flamenco

En el mundillo flamenco hay un sector que ahora insiste en intentar proclamar un origen oficial del flamenco, como concepto.

En lo que yo denomino El Edificio Flamenco, el mundillo, la cosa va en estos momentos por debatir internamente si el origen del flamenco es gitano, porque un sector de los habitantes de El Edificio Flamenco quiere que el flamenco sea declarado oficialmente de origen gitano. Asunto que no tiene sentido. Es evidente e indiscutible la tremenda aportación de los gitanos al flamenco. Como las tremendas aportaciones al flamenco del folclore español anterior al siglo XIX, los ritmos de negros africanos, o las interrelaciones sonoras con América, entre otras muchas cosas. El asunto está en que da lo mismo que el flamenco sea declarado oficialmente de origen gitano, origen castellano u origen marciano. Eso no solucionará los males internos de El Edificio Flamenco ¿Acaso ha solucionado los problemas internos la proclamación oficial como Patrimonio de la Humanidad?

Lo necesario en El Edificio Flamenco es acometer lo antes posible el gran cambio en la mentalidad colectiva imperante desde hace casi cuarenta años, para realizar un aterrizaje en el mundo real, con el objetivo de integrarse colectivamente en un inevitable sistema de mercado profesional, sin depender tanto ese mundillo del dinero público. Si el problema está en que El Unicornio Flamenco del casi ilimitado dinero público que hubo ya no puede mover más de la mitad del dinero que se movía en El Edificio Flamenco, como ha sucedido en las últimas décadas, solo queda la opción de integrarse en el mercado profesional general y global. Lo tengo muy dicho ya: hay vida fuera de El Edificio Flamenco, hay vida fuera de ese estado mental, esa estructura socioeconómica obsoleta con sus extrañas cuestiones de fe. No es un drama, la industria del rock siempre ha sido una industria profesional, con el objetivo de vender entradas al público más que bolos al político. Así era también la próspera y rentable industria flamenca anterior a la guerra civil española que comenzó en 1936. Y nunca más volvió a suceder en España una industria flamenca de ese nivel, basándose en movimiento productivo real del dinero. Las posibles subvenciones deben existir para estar limitadas a pequeñas aportaciones para el desarrollo, no para ser lo que mueva más de la mitad del dinero del sector.

El gobierno central español tiene problemas con asuntos como la hucha de las pensiones, mientras al gobierno autonómico andaluz se le multiplican los frentes abiertos por resolver, como el asunto de los hospitales de Granada entre otras grandes historias actuales del Servicio Andaluz de Salud. Estando la cosa como está, es una pérdida de tiempo que cualquier sector flamenco quiera luchar por ser propietario oficial declarado del flamenco. Hay asuntos más urgentes a resolver. El Unicornio Flamenco existió, y permitió financiar a lo grande al mundillo durante décadas, creando burbujas artificiales para que managers y productores vendieran sus productos más al político que al público. Pero estando en peligro asuntos como las pensiones o la asistencia sanitaria básica en Andalucía, El Unicornio Flamenco ya es un mundo imaginario de amor y subvención. Hace tiempo que absolutamente todos deberían haberse hecho a la idea. Es obvio y evidente, si el dinero público tiene dificultades para mantener servicios tan esenciales como la sanidad andaluza, complicado está que vuelvan a destinarse enormes masas de dinero público para mantener un mundillo flamenco, con mantenimiento de un star system flamenco incluido. El concepto Flamenco Patrimonio es ahora, con ese título literal, la nueva programación flamenca del gobierno autonómico andaluz, donde "los elegidos" serán elegidos para ir a taquilla pura y dura, y con unas condiciones con las que a cualquiera le saldría con más posibilidades de rentabilidad intentar ir a taquilla por su cuenta, en el caso de saber manejar factores como ventanas temporales y sistemas de marketing. Mientras, muchos aún continúan esperando a ver si vuelve El Unicornio Flamenco, repartiendo en despachos de ayuntamientos, diputaciones y Junta grandes regalos a "los elegidos", aquellos dineros asegurados para decenas y decenas de artistas, managers, productoras, festivales, circuítos y medios de comunicación especializados, fuera como fuera el ROI en la venta de entradas. Ahora, ser de "los elegidos" por los poderes de El Edificio Flamenco comienza a ser trabajar en un terreno más difícil que intentar adaptarse de manera independiente y lógica al mundo real.

Creo que, en realidad, lo que debería suceder no es intentar que uno de los orígenes obvios del flamenco sea proclamado como el gran origen oficial. Puede que tenga más sentido que Mercadona sea declarado oficialmente como destino pretendido del flamenco. A fin de cuentas, lo que están buscando en realidad los habitantes de El Edificio Flamenco son maneras de conseguir dinero para ir a Mercadona. Incluso al Ahorramás, El Árbol, El Jamón, Día, Carrefour y Amazon Prime Now ¡Cuántas entidades para disputarse ser declaradas oficialmente como destino pretendido del flamenco! La solución está en la integración en procesos de industria profesional, sea el flamenco de origen gitano, castellano, canadiense o marciano.

Por Jaci González
Foto: Ed Schipol.

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