¿Por qué casi todos los artistas españoles quieren ser como Javier Ruibal?

Javier Ruibal

Hay artistas que venden más entradas que él. Los hay que tienen más mansiones y más euros en diferentes cuentas corrientes. Los hay más alabados por masas de público. Pero... En realidad, casi todos ellos cambiarían todo eso por ser como Javier Ruibal. Lo cual es muy lógico. Aunque es casi imposible serlo, porque hay cosas y conceptos que no se compran con dinero, ni se consiguen por el ansia.

La vida del ser humano es un concepto temporal limitado. Los euros y las modas se van con el tiempo. En el año 2.325 no importará nada si al morir dejamos en el planeta Tierra cinco viviendas y un millón de euros en el banco, porque la muerte es aquello que es igual para todos nosotros, de nada sirve ser el más rico del cementerio. Los seres humanos que consiguen llegar a ser mentalmente adultos, un porcentaje bastante inferior a lo que debería ser normal, son conscientes de que hay cosas más importantes que alimentar el ego o las cuentas corrientes más allá de lo necesario. Por supuesto, hay que conseguir ganar dinero con el trabajo, de algo hay que comer. Pero millonario no es aquel que consigue grandes posesiones y escandalosas cuentas corrientes, afortunado es aquel que intenta vivir la vida que quiere vivir, aunque ni siquiera llegue a conseguirlo plenamente.

Javier Ruibal es un ser humano que nunca ha estado de moda, dificilmente venderá 10.000 o 20.000 entradas para un concierto, tampoco es todo lo ampliamente conocido para el público como podría ser. Pero no importa. Javier Ruibal es un ser humano al que no llevan en volandas hacia donde nunca iría a pie. Javier Ruibal hace exactamente lo que le da la gana, como le da la gana, cuando le da la gana, con quien quiere, como le apetece, gana de sobra los suficientes euros para vivir, además es artista de artistas, referencia de primer orden, respetabilidad máxima ¿Un artista español puede llegar más alto que Javier Ruibal? Es casi imposible, él deja el liston muy alto, bastante alto.

He visto a seres humanos planeando mil historias, buscando artificialmente en medidas desorbitadas buscar el prestigio. Hay quienes después de tener casi todo lo que puede tener un artista, después se centran en intentar comprar el prestigio. Fallo épico, el concepto prestigio no está a la venta, es una cosa que sucede con los años y por mérito propio, porque el tiempo es muy larga. No, no me he equivocado en poner en femenino el adjetivo, ha sido adrede. De siempre, las folclóricas dijeron ser muy largas. Ser muy larga es equivalente a decir que se ven venir las cosas de lejos por experiencia vital. Entonces, el tiempo, más que largo, es larga, porque evidencia qué es lo que queda, más allá de las modas y los euros, más allá de nuestra existencia en este mundo.

Vamos a situarnos en el tiempo precisamente, viendo las cosas en perspectiva con amplitud temporal. Desde que hace unos 12.000 años se extinguiera el Homo Florensis, somos nosotros, los Homo Sapiens, la raza humana que impera en este planeta, planeta que a su vez es solamente uno más entre los planetas que giran alrededor de una de las setenta mil millones de millones de millones de estrellas que hay aproximadamente en el universo. No, no me he inventado una cifra espectacular aleatoria, ese es el cálculo que hacen los científicos. Solamente quiero situar como absolutamente ridículo el ego ombliguista de la raza humana como concepto, en plan creer ser quienes controlan todo lo existente. Por otra parte no me voy a centrar en lo que sucedió hace 12.000 años, cuando se impone el Homo Sapiens, me voy a ir a un momento que en realidad es incluso cercano si contamos con lo sucedido en los últimos 12.000 años. Hace casi dos mil años, momentos del imperio romano, lo "petaban" a nivel "internacional" unas artistas gaditanas. Puellae Gaditaneae se hacían llamar. Parece ser que bailaban muy apañado y además cantaban gracioso, ellas triunfaban en todo el imperio. Venga, ahora montemos un momento a lo concurso de televisión ¿Se acuerdan del Un Dos Tres? A veinticinco pesetas la respuesta acertada, tienen un minuto para decir el nombre de al menos diez de aquellas artistas gaditanas, que colectivamente se hacían llamar Puellae Gaditaneae. Dejo pasar un minuto, hasta te dejaría incluso hacer trampa, no decirlo de memoria, encuentra sus nombres en ese minuto aunque sea en Google ¿Cuántos nombres has sido capaz de dar en un minuto? Teniendo en cuenta que eran artistas que triunfaron ostensiblemente en todo el imperio, muy pocos artistas fueron tan "famosos" en aquellos años como ellas, desde Gades (Cádiz) hasta Roma. Venga, con sinceridad ¿Cuántos nombres has sabido decir hasta haciendo trampas? No creo que muchos nombres más allá de Telethusa, la más famosa de ellas.

Pues del mismo modo, dentro de otros dos mil años aproximados a contar a partir de ahora, si la humanidad sigue existiendo allá por el año 4.128 ¿Creen que les importará mucho si un artista en concreto de esta década actual vendió más discos que otro, si ganó más euros que otro, y cosas así? Como mucho, y respecto al flamenco, pero vamos, igual respecto al pop, el rock, al jazz o el ejemplo de arte que quieran poner... Pero situándonos en el flamenco, se aspira a que los investigadores antropológicos que entonces habrá, digan que hubo una cosa que se llama flamenco, porque es posible incluso que el flamenco entonces ya ni existirá, y si sale un nombre a relucir, quizás nombren a Paco de Lucía, y difícilmente a nadie más. Pero eso no será la gran masa de población, quizás sean solamente los más estudiosos quienes citen que hay referencias de un tal Paco de Lucía. Pues de Paco de Lucía para abajo, es decir, TODOS en el flamenco... ¿Qué más dará entonces que un artista haya vendido más entradas que otro, el otro haya sido algo más famoso, y el de allá tuviera más fans? Igual que de las Puellae Gaditaneae actualmente trasciende como mucho Telethusa, y tampoco ni la humanidad ni tan siquiera los españoles, así en general, saben quien fue Telethusa, más allá de los círculos de estudiosos investigadores. Sí, quizás pueda parecer algo paranoico lo que estoy contando, y sé que muchos de quienes lean estas palabras van a decir que me aventuro mucho. Pero creo que he demostrado plenamente con el sencillo ejemplo de las Puellae Gaditaneae por qué puede ser válida esta teoría mía. Eso sí, para saber verlo, hay que despojarse de todo posible resquicio de ombliguismo ególatra.

El gran reto que gran parte de los seres humanos se imponen, y reconozcan que sucede en la mayoría, es trascender de alguna manera. Por eso a veces el ansia de la fama en los artistas, para trascender en la historia, ser alabado, sentirse grande... Trascender... Es muy osado, quizás sean más interesantes otras cosas, antes que perder el tiempo en eso. El mayor lujo que se puede permitir un ser humano es ser capaz de dormir cuando se mete en la cama. Eso no se compra ni se vende. Entrar en la cama, una pierna para allá, la otra más lejos, si duermes en soledad incluso hacerlo en diagonal, como dice Martirio. Que maravilla dormir en diagonal, tan feliz, con la conciencia tranquila, sabiendo que no has hecho nada malo a nadie, que no te has cargado a nadie por el camino para "subir" un escalón, porque dedicas el tiempo a crear positividad, a intentar compartir belleza, siendo un ser humano adulto que sabe que todos los seres humanos cagamos y meamos igual. Intentando que tu trabajo sea lo más profesional posible, por supuesto. Intentando dar lo mejor de sí mismo cada día. Intentando mostrar a la gente que merece la pena vivir porque hay sentimientos y conceptos que merece la pena descubrir. Sí, estoy describiendo a Javier Ruibal, estoy describiendo a toda esa gente que sabe que lo importante no es trascender, porque las posibilidades de esa anhelada trascendencia que muchos quieren son casi nulas, todos nos vamos a diluir en el tiempo de todos modos. Por eso Javier Ruibal es quien es, porque él es consciente de todo eso ¿Para qué tener como objetivo relevante que sean hordas de seres humanos quienes hablen temporalmente de uno mismo durante dos o tres décadas, trascendencia que de todos modos será efímera, cuando es más importante intentar saber vivir tu propia vida y que eso te lleve a querer cuidar con mimo y cariño tu propio trabajo? Respetar lo que hay que respetar y ser respetado por quien hay que ser respetado, para poder dormir en diagonal sin preguntarle cosas a la almohada. Esa es la clave, es a lo más grande que podemos aspirar los seres humanos, más allá de la posible vida artística, más allá de todo lo demás. Intentar que nuestra efímera existencia de corto espacio temporal, en uno de los planetas que orbitan alrededor de una de las setenta mil millones de millones de millones de estrellas, que esa pequeña y efímera existencia como ser humano haya tenido sentido por haber hecho cosas interesantes, pero no por buscar una trascendencia, o ser el más rico del cementerio. Ser un artista que duerme sin preguntar cosas a la almohada, sin dudas sobre tu propia persona. O quizás ser un albañil que duerme sin preguntar cosas a la almohada, sin dudar de tu actitud ante la vida. Eso no está en venta, no se puede comprar. Eso está en la personalidad de cada ser humano, la decisión de ser así o no ser así. Claro, por eso Javier Ruibal es Javier Ruibal.

Por Jaci González

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