Martirio y José María Vitier

Martirio y José María Vitier estrenan El Aire Que Te Rodea, antología poética musical a través de encuentros artísticos entre España y América, partiendo desde La Habana. Nos cuentan desde la Casa de América en Madrid, con las ventanas abiertas hacia La Cibeles, cómo surgió este proyecto que supone un interesante momento en la historia de los aires musicales que cruzan el Atlántico, el aire que rodea a un océano de versos de ida y vuelta...

 

 

 

Realizado por Jacinto González

Fotos: La Nota, Sony Music

 

Esta historia, aunque se estrene ahora, no viene de hace dos ratos. Hay encuentros anteriores...

Martirio: Esta experiencia comienza en el 2003 cuando me llama José María para hacer un tema en Canciones Del Buen Amor, con muchos artistas maravillosos de América y España. Ahí empieza nuestra relación, nuestra amistad, y las ganas de hacer un trabajo completo con su música, con poesía...

Vitier: Tuve la suerte de tener grandes cantantes que son grandes amigos, en mi país y en este. Pero yo creo que con Martirio es la primera vez que hago un disco de canciones para una sola voz, mi música para su voz.

 

 

Un disco con muchas idas, vueltas, venir, salir, entrar...

Martirio: Es un disco muy rico, lleno de influencias musicales y literarias. Transitan los versos por un entarimado a través de distintas músicas que domina perfectamente José María, para mí él es una caja de música que apretándole el botón, te saca el ritmo que quieras con una composición original. Es un disco de idas y vueltas, a veces parece como si fueran coplas, y al mismo tiempo se notase el tiempo que los españoles han estado en Cuba . Es para preguntarse por qué no se ha hecho antes.

Vitier: Yo creo que hay un eslabón en esta colaboración, que le dió mucho sentido a todo, mucha autenticidad. La participación de Raúl Rodríguez en la guitarra, el tres, y las percusiones. Tanto en el disco como en los conciertos. Él es vital porque su lenguaje es puramente instrumental, aportó muchas cosas que desconozco. Es un gran conocedor de su cultura y la nuestra, ha convertido el tres en un instrumento útil para el flamenco, solo por eso su nombre debe estar registrado. Además, entiende la música cubana, el compás, entiende el aire. Ese es el aire que nos ha rodeado, y estamos celebrando.

 

 

De esta forma, es posible que los versos de una gran poeta chilena como Gabriela Mistral, se den un paseo por el habanero malecón de Cádiz, como diría Alejo Martínez

Martirio: Claro, ahí se junta una especie de chacarera, una especie de tanguillo... Se fusionan naturalmente los géneros de una manera veraz y auténtica. En Deseo te estás acordando de La Vieja Trova pero entran los tangos, en otros sitios la bulería...

 

A San Juan De La Cruz le queda muy bien un paseo por los solares...

Vitier: Jajaja... Esa canción es una de las primeras que yo compuse, yo la tocaba como un son en la guitarra. Después ha ido cambiando un poquito el hábito, me refiero al hábito del monje. Su hábito instrumental, esta tiene algo alegre que no tenía antes. La gente se sonríe porque es una lectura desinhibida de un intocable de la literatura, pero lo hemos hecho con familiaridad.

Martirio: Claro que sí, buscando la naturalidad más que el elitismo. Procurando dar a la gente esos versos tan hermosísimos pero sin alharacas, sin prepotencia de ninguna clase, con una música que puede ser muy popular a la vez, que se pueda bailar a San Juan de la Cruz.

 

 

Federico García Lorca tiene un punto muy flamenco...

Martirio: Es el más flamenco, para mí. El primer disco que hice en mi vida fue el homenaje a Federico que hizo Jarcha. No he encontrado un poeta tan flamenco, es mi preferido, por visionario, enorme, tiene música por dentro. La poesía de Federico canta sola.

Vitier: Hace muchísimos años, hice un ballet sobre Lorca con música mía. Lorca estuvo en La Habana en una visita misteriosa, se supone que estuvo en una serie de lugares, nunca está totalmente confirmado. Lo confirmado es que dio una conferencia muy importante, Teoría y Juego del Duende, en el Teatro Campoamor, donde mis padres se conocieron. Entonces estuvo de alguna manera vinculado a mi familia, vinculado a la literatura de La Habana en aquellos años, alrededor del grupo al que mis padres pertenecían. Aparte de que seguramente sea el poeta español más conocido en Cuba, se ha musicalizado exitosamente. Oyendo las grabaciones de Lorca con La Argentinita, salvando las distancias, me digo "estos somos nosotros". Con el pianito y una voz podemos ir hasta el fin del mundo. El espectáculo que traemos aquí, tenemos a Raúl, pero también hacemos cosas ella y yo sólos. Lorca es muy piano, él mismo era pianista.

 

 

Se podría decir que gran parte de la culpa para que este proyecto exista, es de Cintio Vitier y Fina García, tus padres, fundamentales en la literatura cubana contemporánea...

Vitier: Por lo que respecta a mi paso por el mundo, es totalmente culpa de ellos, también están los señores progenitores de Martirio por la suya. Sin ellos no estaríamos, jajaja...

Martirio: Por Fina fue lo de Canción de Otoño

Vitier: Claro, desde el otro disco, Canciones del Buen Amor, que se musicó aquel poema de Darío. Me buscó muchas más cosas, de Quevedo, de Lope... No tanto de la poesía publicada como tal, sino la insertada en obras. Con Fina trabajé muchísimo, me hizo una primera selección, con lo de Gabriela Mistral también, que conocimos a la familia. Probablemente mis padres tuvieron mucho que ver en aquel proyecto y en este.

Martirio: El criarse alrededor de la poesía ayuda a saber poner a cada sílaba la nota que es.

Vitier: ¡Por lo menos saber la que no es, que es parte del asunto!

Martirio: Jajaja... A mí me fascina cómo se puede leer con su música bien el texto, que no es fácil. Tiene el oído muy familiarizado con la poesía.

Vitier: Creo que la poesía, leída incluso, hay que leerla con música. He tenido la suerte de nacer y crecer rodeado de poetas, a veces leo la poesía oyendo la voz del poeta. Lo lees y estás oyendo su voz. Los poetas que no has oído sus voces, la imaginas. Ahora podemos leer la poesía en la voz de Martirio.

Martirio: Para mi voz es un privilegio poder cantar esta música, estos versos, tan apasionados e intensos. Como yo. Ese diálogo que hace el piano con la voz, oportunidad grande...

 

 

¿Os imagináis un poema de Fina por fandango a lo Toronjo?

Martirio: Absolutamente. Hay poemas, como el Epigrama de Ernesto Cardenal, que lo termino ahora en más jazz. Lo pienso terminar acordándome de Huelva y de Toronjo.

Vitier: Mi mamá, especificamente, tiene un cuaderno que se llama La Tierra Amarilla. Dentro de ese cuaderno hay un grupo de poemas dedicados al flamenco. Recuerdo un poema a Antonio Gades. Escribió un poema dedicado incluso a las palmas, este momento es el espacio para recordar que en la obra de mi madre, España tiene un papel.

Martirio: Habla de Gades, que estuvo mucho en Cuba...

Vitier: Mi hermano trabajó con Antonio Gades, hicieron letras. También el otro Antonio, El Bailarín. Pienso que eso que comentas, a ella le sería muy grato. Fina hizo visitas a España muy especiales, casi siempre quedándose en la Residencia de Estudiantes.

Martirio: Tú que me conoces, sabes que amo mucho y elijo las letras. Imagínate para mí la felicidad que supone investigar en poesía. En este caso, su casa, su vida, todo está lleno de poesía, de conocimiento, de piel a piel, haber vivido eso. Para mí es entrar en un universo auténtico, no tiene vuelta de hoja. No es una elección al azar, es entrar absolutamente en la casa de la poesía.

Vitier: En televisión se dijo que el disco es una antología de la mejor poética. Yo no le dije nada, debía haber acotado y hacer una excepción de los modestos poemas míos que hay.

Martirio: Pero tú sabes que el poema tuyo, desde que lo escuché la primera vez, quise hacer eso, cantarle, porque me parece una declaración de amor que si a mí me la hacen alguna vez, me quedo pegada a esa persona de por vida.

Vitier: Bueno, es lo que pasó...

Martirio: Así le pasa a ellos, que llevan casi cuarenta años juntos, una canción que él dedicó a ella.

Vitier: Lo que ahora estaba pensando, el título del disco... Mira que pensamos cosas, está muy bien esa palabra, aire. Cuando pienso, ese aire, me acuerdo de esa palabra con y, ayre, el castellano antíguo... La palabra aire también le viene muy bien al mundo flamenco.

Martirio: Claro, como cuando se dice que algo tiene un aire flamenco. Que el disco no es flamenco, pero tiene un aire flamenco.

 


¿Qué es el aire?

Vitier: El aire es lo que se respira, pero también lo que se escucha. Es el entorno, la brisa.

Martirio: El aire es lo que une, lo que levanta, el compás. Cómo te mueves por el mundo, qué tipo de aire respirar, que personas.


 

Como parece indicar Santiago Auserón en el texto de presentación, que no es que esté sembrao, es lo de después de sembrao... ¿Creéis que se está inventando un nuevo género?

Martirio: En ese sentido es cuando yo te decía que si hubiera seguido la colaboración entre España y Cuba a este nivel, es un tipo de canción, de copla que es fusión, nueva y clásica a la vez.

Vitier: Yo no sé si es algo que no existía, o existía y no lo habíamos visto. En todo caso, si hicimos alguna cosa novedosa, a mí me interesa en primer lugar la verdad. Percibo que hay mucha verdad en esto, los musicólogos y periodistas sacarán sus cuentas y conclusiones, son quienes deben decir algo al respecto. Si hay algo novedoso, tampoco era nuestra intención.

Martirio: Nosotros nos planteamos pasarlo bien, sin pensar en mediático ni nada de eso.

Vitier: Esta es una música, en cierto sentido, antígua por el aire que tiene. Viene de nuestros ancestros, y a la vez está fresquita.

Martirio: Tiene reflexión, pensamiento, corazón. Tres cosas que hoy escasean. No es un disco para escuchar un día, es para tenerlo y consultar siempre.

Vitier: El programa en directo tiene un punto de más improvisación. En el disco hay toquecitos en sentido flamenco, bolero, canción cubana, un poquito de jazz... Creo que en el directo esas cosas se potencian más, está también Raúl ahí...

Martirio: Yo investigo más los melismas... Además yo nunca canto igual y tú siempre tocas diferente.

Vitier: Sé que no es bueno para los cantantes, siempre quisieran oir lo mismito para entrar bien.

Martirio: Pero tú siempre entras muy bien.

 


Importante el diálogo entre instrumentos de cuerda, como decíamos antes, el tres y la guitarra estan históricamente vinculados

Martirio: Hay una retroalimentación grande.

Vitier: Si hay algo que sí es nuevo, y es seguro, es el uso del tres que hace Raúl. Seguro que no se ha hecho antes. En el número de A Lo Divino, esa rumba cubana con la rumba flamenca, es un tres porque es el instrumento, pero no se había pulsado de esa forma. Me parece una revolución. La guitarra y el piano en realidad no se llevan bien, hay pocos dúos. Raúl lo ha hecho fácil y coherente, aunque sea un matrimonio de mal pronóstico.

Martirio: Ya sabes que hace tiempo estamos trabajando con piano y guitarra.

 


Un sueño...

Martirio: Que las voces de los poetas lleguen al alma, el corazón, y la conciencia de la gente.

Vitier: Ese es el verdadero sueño. El deseo, que se contagie.

 

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