El flamenco pasado, presente y futuro de Rocío Márquez
- Publicado en El Patio
Cuando ya ha demostrado muchas cosas, plantea Pepe Marchena como concepto. Lo fácil hubiera sido simplemente imitar, crear en el tiempo actual una clonación interpretativa, una cosa que se ha visto muchas veces: artista que alucina tanto con otro, que se dedica a intentar clonarle. Pero ella se arriesga, e imagina que tipo de asuntos podría estar haciendo Pepe Marchena si en estos momentos fuera persona existente en el siglo XXI. El Niño es un proyecto de rescate y evolución al mismo tiempo, libertad partiendo desde el conocimiento, teniendo en cuenta que seguramente la Márquez sea quien más sepa sobre José Tejada, a quien ha dedicado el tiempo de su tesis doctoral ¿Por qué El Niño tenía entre sus fans a Manuel de Falla, Greta Garbo y Charles Chaplin? ¿Por qué Rocío Márquez plantea ciertos conceptos cuando casi todos esperaban de ella otro tipo de cosa? Ella sabe y puede. Aparece en un lugar de Madrid acompañada de un ser humano inteligente con barba, DJ Slow que observa y cuida en silencio a su artista, y la Márquez nos cuenta cosas...
Por Jaci González
Fotos Pacolega
¿Quién es la Márquez? ¿Cómo se presentaría a sí misma?
Me considero una mujer de veintiocho años, que ama el cante, el flamenco, la música... Una mujer que intenta, en la medida que pueda, ser coherente con su manera de sentir, de expresar.
Después de Claridad, muchos seres humanos esperarían otro tipo de proyecto, se van a sorprender con El Niño ¿Cómo sucede que aparezcas con algo que no es lo que gran parte de tu público esperaría?
Bueno, es el resultado de una necesidad que tenía, me apetecía mucho hacer un trabajo alrededor de él, pero sobre todo que me sirviera como vehículo para poder permitirme otra amplitud, una manera creativa de hacer las cosas pero siempre a partir de lo clásico, que es lo que es para mi la figura de Marchena. Buscar esa libertad.
El proyecto demuestra cómo no existen distintos tipos de flamenco, el flamenco es flamenco, y Marchena experimentaba. Y por eso tu disco tampoco es rescatar literalmente a Pepe Marchena, es Marchena como concepto. Por ejemplo, él tenía su Rosa, y tu te montas otra Rosa a partir de versos de Juan Ramón Jiménez y Shakespeare
Claro, eso es lo que me parecía interesante en este proyecto, y lo que tanto me apetecía, que el conocimiento siempre sea el punto de partida, pero no el fin. Que es bastante diferente. Lo que me has comentado, con la Rosa, con la colombiana, es extraer la esencia. Hacer un disco de Marchena, y simplemente quedarme en esos cantes clásicos, no intentando imitarlos, pero sí intentando simplemente hacerlos, desde mi manera y mi voz, mi personalidad... Digamos que se me quedaba cojo el disco si me quedase solo con esa parte clásica, porque para mí, lo que es alucinante de Marchena es ese punto creativo, ese punto más amplio, transgresor, ese punto que no se plantea si algo es o no flamenco, hacerlo porque se tiene esa necesidad. Creo que en el flamenco, igual que en cualquier otro arte, cuando las propuestas surgen de una necesidad, tienen sentido. Otra cosa es que después cuajen o no cuajen, gusten o no gusten, pero eso es otra película... Desde luego, sentido tienen cuando surgen de una necesidad, y esto ha surgido de una necesidad.
Tiene su lógica. Sucede, hay experimentación en asuntos como Los Esclavos, a partir de los papeles del Gitano de Oro que tenía por ahí Pedro G, y te has montado una movida con el Niño de Elche...
Sí, me apetecía mucho que estuviera mi Paco, Niño de Elche, para mí es una de las figuras más sobresalientes del panorama actual del flamenco de nuestra generación. Me parece muy interesante su manera de ver las cosas, dónde se las lleva, a mi me enriquece muchísimo poder trabajar con él, aprendo mucho.
Hay un momento curioso, que empieza además así tu vídeo promocional, con Los Mellis. Esa inversión, hacer con la voz lo que suele ser acompañamiento de guitarra, y la guitarra haciendo la melodía principal de esa granaína. En vez de haber una llamada al cante, hay una llamada al toque...
Estábamos planteando la parte clásica, ya había una malagueña, la taranta de los trovos que hacía él, la levantica... Me apetecía que estuviera una granaína, pero pensé dejarla aparte, para intentar sacarle un poco de punta. Hablándolo con Refree, productor de esa parte y ese tema, hablándolo con Miguel Ángel Cortés, se me ocurrió la idea de dar la vuelta, me pareció interesante. Me pareció con un fondo potente, que era que para que yo pudiera hacer de guitarra y Miguel Ángel Cortés hacer la voz, él tenía que dominar no solo la guitarra, también la voz, y yo tenía que dominar no solo la voz, también la guitarra. En cada respuesta mía voy dando el acorde que suele dar la guitarra. Cogimos la falseta que le hacía Ramón Montoya a Pepe Marchena, igual que la voz hemos intentado que sea lo más parecido a Marchena. Cuando nos pusimos a hacerlo, nos dimos cuenta que en vez de quedarnos solo en la melodía, surgió poner texto de Benedetti, que es un autor que me encanta. Marchena era mucho de eso, un texto que le llegaba, como hizo con la Rosa de los Álvarez Quintero, le gustaba, lo hizo suyo y lo musicaba. Por distintas cosas me resultaba interesante hacer eso. Después nos encontramos que yo tengo dos cuerdas, y así no puedo hacer armónicos, porque la guitarra tiene seis cuerdas. Para hacer un acorde necesitaba un soporte que le hemos encontrado en la polifonía, que es la propuesta de ese tema realmente, el tema de la polifonía.
Se reflejan cosas en el mirabrás, que es totalmente mirabrás, pero va con unos tonos muy diferentes a lo habitual
Es lo que tenía este personaje, era un genio, un creador. Cuando escuché ese mirabrás pensé que tenía que ir de alguna manera, se va a otro terreno, esa interpretación me parecía interesante. Por eso está, efectivamente, como tu dices, se lo va llevando a otro terreno.
La colombiana la has hecho mostrando creación en el pasado, presente y futuro de ese mismo cante, y todo al mismo tiempo... Que cosas con el venadito
En el tema de la colombiana, cuando he leído a Miguel Espín, Gamboa o Pedro G Romero, o Faustino con el que también he hablado muchísimo sobre este tema... Veíamos que las referencias para Marchena al crear la colombiana fueron el zortzico vasco y el corrido mexicano. La idea era intentar reproducir el proceso que él tuvo, de dónde lo coge, intentar imaginar cómo pudo suceder desde que él escucha eso, hasta que lo convierte en colombiana. Nos hemos encontrado que las letras son comunes, caen en los mismos acordes, era fácil hacer el recorrido.
Cambia el venadito por el benedicto, pero viene a ser lo mismo
Lo de "quisiera ser perla fina" sí se usa en las dos.
Se ve muy claro cómo unas cosas vienen de las otras
Es lo que intentamos, pero que quede natural, se llegaba sin hacer nada.
¿Cómo surge que aparezca Pepe Habichuela para la seguiriya y la malagueña?
Me hizo mucha ilusión... Igual que toda esta teoría de la colombiana, la vi cuando estaba haciendo un trabajo de tesis sobre Pepe Marchena en la universidad, otro de los temas que me di cuenta fue la cantidad de guitarristas que habían acompañado a Marchena, los dos que siguen vivos eran Manolo Sanlúcar y Pepe Habichuela. Es muy anecdótico, que participe en este proyecto alguien que ha tocado al mismo Pepe Marchena. Fue emocionante, las primeras veces que quedé con Pepe para mirar las cosas, una sensación preciosa. Por cómo es, además de como artista, como persona, como se involucra. La parte más clásica del disco, Faustino propuso grabar cada cante tres veces, para quedarse con la mejor. Comparar tres grabaciones del mismo cante, sin haber pinchazos. Normalmente en cada cante salían tres grabaciones muy similares, pero con Pepe salía cada vez un cante nuevo. Cambiaba el tempo, cambiaba de sitio las falsetas, improvisaba en el momento como le venía. Ese concepto a la hora de tocar es muy bonito, te lleva como cantaora a otro lado, se aprende mucho, igual que cantar de otra manera. Me gusta aprender de la diversidad, del arte en general. Creo que en el disco hay musicazos, ellos tres con la guitarra, Miguel Ángel Cortés con la granaína, Raúl Rodríguez con el tres, que es un fenómeno... La personalidad de Raúl es super marchenera.
Es el mismo carácter
El mismo carácter, totalmente de acuerdo. Ese punto de disfrutar y jugar. Aparte de conocer, porque hay que saber manejar para jugar, si no se te van los cacharros. Pero él como sabe mucho, tiene mucho conocimiento y un fundamento increíble, le queda después ese juego, ese disfrute que transmite tanto, es apasionante.
Raúl Rodríguez que ahora presenta Razón de Son, proyecto que en la forma es muy distinto a tu proyecto El Niño, pero en el fondo el mensaje es muy parecido
Sí, disfrutar y el juego a partir del conocimiento.
Y se revelan muchas cosas, ahora mismo suceden asuntos interesantes a partir de la investigación profesional. Tu tesis doctoral, las investigaciones por hemeroteca de gente como Ortiz Nuevo, Faustino y gente así... En realidad se están replanteando y descubriendo muchas cosas ahora mismo
Nos ponemos a mirar ahora mismo, que libertad había, cómo creaban, improvisaban. Creaban y cambiaban un cante como les daba el punto, sin problema. No estaban en "la malagueña de Chacón hacía el segundo verso así, y alargaba...". Entonces, mira, no me ralles. Entonces es muy interesante, buscarnos en ese lado, siempre a partir de una base de conocimiento de lo clásico, porque ahí está el cimiento. Pero ir a la posibilidad de expresarnos sin miedos ni complejos.
Somos más antiguos ahora que los de antes
Quizás es normal, por hacerlo desde el respeto a la tradición, desde el miedo a que se pierda la tradición. Pero tampoco tiene sentido, porque como sí puede perderse la tradición es si no la dejamos que viva. Por definición, algo está vivo cuando le permites que ande. Si haces que algo esté encorsetado y obligando a que sea de una manera, no le estás permitiendo que siga andando.
(habla Pacolega) El peligro es ese, que el respeto se convierta en miedo, y entonces no creas
Efectivamente. Con amor, con respeto, hay que intentar hacer las cosas.
Por ejemplo, los primeros versos de la seguiriya, que la cantas como la cantaba Marchena, es típica jerezana en esencia, pero al mismo tiempo va llevada a un terreno personal
Claro, es divertido, porque incluso le cambia el nombre, plañidera. Me parece una genialidad, y no pasa nada. Ahora inventa tú un nombre, di que algo se llama, que se yo, piedrachuca, y te matan. Es verdad, somos mucho más cuadriculados. Eso ocurre por el miedo a perder, es totalmente comprensible. En el fondo, nos une a todos los aficionados no querer perder el pasado.
Tengo una duda. Si Marchena era un artista de luz y color ¿Por qué el contraste de hacerte las fotos en un cementerio? ¿Cómo podría explicarse eso?
El trabajo artístico ha sido de Pedro G Romero, fue una idea de él. A mi me interesaba, igual que en el disco me encontraba en registros en los que nunca había estado, quería que en la imagen también. Esa imagen del niño, alrededor del punto de niño en la primera comunión, con el pelo al ladito. No caer en plan salir guapa y femenina.
Lo cual está muy visto
Ha habido momentos que me ha apetecido hacer eso y lo he hecho, uno debe ser honesto consigo mismo, y coherente. En este tipo de trabajo me pareció más coherente. Me lo propuso Pedro, y en un principio dije que no, que no estoy guapa con el pelo repeinado jajaja. Tengo que reconocerlo. Pero después me dije que es interesante, otra manera de presentarme.
(Pacolega) Y romper un poquito moldes
Veo el resultado y puede parecer eso, pero no se ha hecho queriendo romper moldes. Queremos inspirarnos en Marchena, Marchena fue un transgresor, casi que es consecuente. Pero no es el objetivo, aunque sí hemos pasado por ahí a consecuencia.
Hace unos días te fuiste al Monasterio de La Cartuja de Sevilla, y empezaste a trepar árboles cantando cosas ¿Cómo sucede eso?
Lo de Cartuja a Ras ha sido muy interesante. Estaba el Niño de Elche, Raúl Cantizano, Santi Barber, Pedro y Benito, vino Juan Carlos Lérida. Te tengo que decir que he disfrutado como una enana, he descubierto partes de mi que antes no me había permitido descubrir, y eso es interesante. Era un taller experimental, lo que hacíamos era una representación de lo sucedido en los encuentros. Hicimos un recorrido por las instalaciones de La Cartuja, lugares que no son accesibles a diario. Marcamos un circuito por distintos espacios, recreando distintas acciones. Es otra película, una puerta que se abre, voy a buscar tiempo para indagar por ahí.
Tendrían que suceder más cosas así en el flamenco
Sería interesante, la proporción es un poco fuerte. Es significativa, pienso que las cosas de manera natural se irán dando. Al final, lo importante es que cada cual vaya teniendo la coherencia de hacer lo que quiere, forzar las cosas no tiene sentido. Nada es mejor que nada, no creo que haya que poner etiquetas de contemporáneo, experimental, clásico... Inevitablemente las usamos cuando hablamos, para explicarnos, pero que unos te consideren tradicional porque cantas en peñas, y ahora no puedes cantar en un festival de música experimental, porque no puedes hacer una perfomance porque pierdes lo puro al irte "al otro lado". Para nada. Creo que todos somos todo, e intentar aportar desde el respeto y el amor.
Es posible. Enrique Morente lo mismo hacía un concierto en el FIB de Benicassim con batería y guitarra eléctrica, como en el Teatro de la Zarzuela con guitarra flamenca
Ese es el gran referente que tenemos. Él ha abierto caminos. Lo que espero, de corazón, es que seamos capaces de entender su esencia y no nos quedemos en las formas, que es lo que suele pasar. Después parece que seguir a un artista es saberse de pe a pa sus cantes, y eso es interesante. Pero más interesante es conocer su discurso, intentar entender el fondo de sus propuestas.
Marchena estaba tan adelantado a todo... Esta mañana estuve leyendo una entrevista que le hicieron en un periódico canario, y le preguntaron por qué no se presentaba a concursos de cante. Respondió que los cantaores no se dan cuenta que eso no sirve para evolucionar
Yo, si te soy sincera, hubo una época que me presentaba a concursos. La Lámpara Minera, en el 2008, me abrió muchas puertas. Esa historia de los concursos es como todo, todo tiene su momento, y todo tiene su parte buena y su parte mala. Si usas un concurso para perfeccionar cantes y tener mayor repertorio, que te conozcan otras personas, estupendo. En el momento que nos acomodamos porque ves que ganas un dinerillo, y ves tu vida resuelta de concurso a concurso, se merma la parte más artística creativa, es peligroso. Que partamos del conocimiento, aunque haya distintas escuelas, ser consciente de eso, me parece interesante. Como punto de partida, pero que no sea el fin. Yo estoy agradecida con los concursos en los que he participado, pero ahora no lo haría porque me encuentro en otro momento, tengo otra necesidad, pero fue muy positivo en ese momento.
(Pacolega) Será positivo si ganas, pero si pierdes, quizás te retiras y se pierde la posible creatividad de un artista
Eso depende de uno mismo, de la importancia que le de a un premio. Una cosa es que yo considere que esas cosas abren puertas, que ciertos sectores me consideren más porque tenga una Lámpara Minera o un premio determinado, y otra cosa distinta es que yo crea que sea la que mejor canta porque tengo tal premio. Yo he cantado mejor en concursos donde no he ganado nada que en concursos donde he ganado el primer premio. La vara de medir hay que tener cuidado dónde la podemos, no puede estar en los premios, no puede estar en los aplausos, ni en la crítica. Hay que hacer un trabajo de mirarse más adentro, qué se siente. Qué necesidad se tiene, ese tipo de cosas. Todo es maravilloso cuando es coherente. El problema es cuando de repente queremos hacer algo que no sentimos o no sea el momento, ahí surgen los conflictos.
Yo es que lo veo... Y que no se entienda con esto que hago de menos a concursos como el de Las Minas, todo lo contrario. Pero no entiendo por qué se utiliza tanto como argumento los premios. Lees textos sobre Mayte Martín, Miguel Poveda, Rocío Márquez, y se da a entender mucho que llegan a ser algo por haber ganado la Lámpara Minera u otro premio conocido. Pero creo que Mayte, Miguel o tu hubierais hecho la misma vida y lo mismo aún sin ganar premios de ese tipo, que ganar premios así certifican que ahí hay un nivel, pero no determina el futuro
Como no ha pasado que no lo ganáramos, no podemos saber qué hubiera pasado. Además hay distintos perfiles, algunos hemos ganado la Lámpara siendo muy jóvenes y luego hemos necesitado más recorrido, y otros que se lo han dado a otros siendo artistas consolidados. La Lámpara ayuda pero no resuelve la vida, algunos hemos salido hacia adelante y otros no. Abre muchas puertas, es de bien nacido ser agradecido, y a mi se me han abierto.
Un sueño de la Márquez
Quizás va a sonar tópico, pero estoy más feliz que una perdiz. Creo que mi sueño le he cumplido, tengo la suerte de vivir de lo que amo. Adoro el flamenco, es mi pasión desde chica, poder vivir de esto es el mejor sueño. Estoy rodeada de gente que quiero mucho, estar rodeada de una familia extraordinaria, una pareja extraordinaria, amigos extraordinarios. Qué más quiero.
Después de la que se formó el año pasado en el Auditorio Nacional, con Carmen Linares y Mayte, vuelves al mismo edificio...
Eso fue otro sueño, cantando con dos mujeres a las que tanto admiro, que las escuchaba yo en el walkman. Poder cantar con ellas en el Auditorio Nacional, acompañada de Manolo Franco, fue muy bonito. Este año mucha ilusión.
¿Qué va a suceder ahí? Porque son muchas las cosas que nos podemos esperar en ese escenario el viernes 24 de octubre
Vamos a presentar el disco, entero. O nos tiramos del todo a la piscina, o nos quedamos donde estamos.
Eso va a ser muy heavy
¡Esa es la palabra! Jajaja me encantaría compartirlo con ustedes.
Una frase para convencer a los seres humanos para ir hacia allá
Hemos hecho este proyecto con muchas ganas y mucha ilusión, con eso mismo venimos a presentarlo a Madrid, en el Auditorio Nacional. Me encantaría poder ver a gente con ganas de disfrutar, simplemente eso.
Con la mente abierta
Eso sería estupendo.