Fatum, destino flamenco en el tiempo de La Tremendita

Todo evoluciona, aunque el tiempo siempre suceda en iguales o similares lugares. La Tremendita lo sabe, y por eso construye su propio mundo en el tiempo. Inventa sus propios conceptos para interpretar aquello que sucede, desde su perspectiva, basándose en lo mejor de los pasados. Fatum, evolución que se presenta en directo este sábado 10 de mayo en la ciudad francesa de Avignon. Pero antes, ella tiene muchas cosas que contar...

 

 


Por Jaci González
Fotos: Pacolega (Portada: Karen Gajate)

 

¿Quién es La Tremendita? ¿Cómo se presentaría a sí misma?
La Tremendita es una persona con muchas inquietudes, mucha necesidad de aprender, evolucionar, estar en movimiento, comunicar a través de la música. Concibo la vida por el arte, desarrollarse en ese ámbito al máximo, pasar la vida haciendo música.

En estos tiempos, los cantaores son muy estudiosos en cuanto aprenderse líneas melódicas, incluso aportando variaciones, pero… ¿Por qué no se renuevan tanto las letras como se debería?
Yo necesito estudiar, investigar, y aprender para luego desarrollarse, contar todo desde mi verdad. Me encanta desestructurar, me encanta sacar ideas nuevas o darle forma a lo que ya está hecho desde mi visión. Soy partidaria de que cada cual cuente sus perspectivas sin ningún tipo de miedo o prejuicio.

En Fatum, te centras en tu tarea como creadora. Más allá de las letras, hay ideas curiosas…
Creo que no se cuenta solamente a través de la poesía. Se cuenta también a través de un sonido, un arreglo musical… Mi intención era reflexionar, decir muchas cosas, a través de la poesía, a través de composiciones propias, con sonidos, con arreglos, tratar de contar lo que se refleja en ese disco.

Una cosa es la poesía, otra las letras de canciones ¿Dónde está el límite entre poesía y letra de una canción, por qué la letra de una canción podría ser también poesía?
Evidentemente, hay una distancia… Para mi, ser escritora es palabras mayores. Simplemente pongo la palabra al servicio de mi música, lo que quiero contar. Voy forjando todo a la vez, soy cantautora porque cuento con la letra y cuento con la música, pero la poesía es otro terreno. El flamenco es poesía del pueblo, no solamente a través de poetas grandes, también vecinos del pueblo que han transmitido muy bien. Yo me considero más en ese mundo.

Utilizar Fatum, asunto romano, como concepto. Con dos posibles lecturas: destino tal cual, o el destino con su predicción de futuro ¿Hacia cuál de las dos posibilidades ves más encaminado tu propio concepto Fatum?
Realmente mi concepto, para mi, el destino se va forjando cada día, lo va forjando uno mismo a través de las vivencias, a través del esfuerzo, a través de las armas que tiene uno para luchar, para vivir. Para mí, ese es el destino, quiero creer que tengo el poder para hacer lo que quiera en mi vida, y aunque haya cosas marcadas, cosas inexplicables, creo que el poder del ser humano es muy fuerte, para mi ese es el destino.

Fatum también explica cómo todo tiene un pasado, y hay que utilizar ese pasado para evolucionar al futuro…
Yo sin el pasado no sería nada. El estudio del pasado es una manera de adquirir conocimientos que permitan seguir hacia delante. Hay que dar un paso hacia atrás para dar dos hacia delante.

Eso mismo dijo Enrique Morente cuando sacó el disco de homenaje a Chacón y muy poco después Despegando… En tus temas sucede una cosa curiosa. Las letras más crueles, oscuras, suelen coincidir con los cantes más festeros. La letra de los tangos Fatum, o la rumba, y será una rumba, será unos tangos, pero las posibles lecturas que tienen sus letras, tela…
Es un dato importante, es un dato muy real. Yo he vivido en mi casa, mi bisabuela Enriqueta la pescaera, que siempre hablo de ella. Esa mujer ha vivido dramas, una vida dura. Su marido era jugador de cartas, alcohólico, trabajaba en un mercado… Esa mujer vivía un drama muy grande, y a esa mujer siempre la he visto sonriendo, cantando. Una mujer fuerte, que estar al lado de ella era todo positivo. Muchas veces, los verdaderos dramas están a la vista, se muestran de manera festiva ¿Por qué no cantar una letra que sugiere dolor, algo cruel o duro, por bulerías? Es una manera de quejarse, y si duele, duele…

Exteriorizar…
Sí, siempre digo que no tengo mejor psicólogo que mi cante. Porque después de dos horas cantando, echas fuera todo, no hay mejor forma que esa. Se hace a través de una bulería, se hace a través de una malagueña, se hace a través de una soleá. Cuando estás contento y cantando por soleá, estás contento, cuando estás triste y cantando por bulerías, estás triste.

Es algo sincero
Creo que las cosas que se hacen desde la verdad y la sinceridad, siendo consciente y sincero consigo mismo, vale.

¿Por qué seleccionaste concretamente la malagueña de El Pena?
Porque es una maravilla, sinceramente. La escuché y la he dejado tal cual, el abandolao le dejé tal cual, con sus giros. Si se inventa algo es para aportar, si no, se tiene que quedar como está, me pasa igual con las letras, si algo no se puede decir mejor, dilo como ya es. Me pareció una malagueña maravillosa, esos giros, esa velocidad… Decidí dejarla, hay que hacer cosas nuevas, pero también sacar cosas. Como la malagueña que hago de La Rubia, no se había vuelto a grabar desde su origen, ella misma, de hecho no se la tiene adjudicada como malagueña, pero para mi es malagueña de La Rubia completamente.

La de cosas buenas que hay por ahí que apenas se han mostrado, y luego la mayoría de los seres humanos que cantan se ponen a grabar lo mismo una y otra vez
Yo es que soy muy inquieta, no paro. Llego a cosas que digo ¿Cómo se ha podido llegar a esto? Entre esas cosas, la malagueña, una de las joyas que llegaron a mis manos. Es un placer cantarlo.

Hay gente que es fundamental en Fatum, como Diego Amador, El Churri
Desde chiquitilla, me encanta. Me gustan los intérpretes que son músicos, el cantaor que coge la guitarra, coge el cajón, coge el bajo… El bailaor que canta. Creo que, cuando interpreta lo que realmente hace, tiene un mundo muy abierto. El cantaor que toca diferentes instrumentos tiene unas dimensiones muy grandes a nivel mental para cantar, y eso le pasa a Diego. Diego coge el piano y es caramelo, le escuchas cantar y suena a gloria, coge el bajo, la batería… Y ya dices: Diego de mi alma ¿Qué es lo que no haces? Desde chiquitilla le veía en los discos, veía que todo lo metía él, y yo decía ¡Quiero ser músico! Es uno de los referentes que he tenido siempre, desde chica, para querer coger la guitarra, el bajo y todo. Le invité, y me dio la vida, me dio el corazón. Ha hecho un trabajo muy bonito.

¿Cuántas veces has mareado a Salvi en el estudio? Porque te imagino…
Conmigo hay que tener mucha paciencia, con Salvi ya hay muchos códigos, me conoce. Se cuando puedo apretarle y cuando tengo que dejar porque me va a mandar… Salvi me conoce muy bien, es muy fácil trabajar. Llegaba la primera al estudio, con él, luego el técnico, y catorce horas… Había una complicidad y entendimiento. Cuando yo decía que no, él estaba a mi derecha diciendo que no, y a la inversa.

¿Cómo se quedaba Rocío al ir escuchando maquetas? ¿Ella que decía al escuchar cosas?
Bueno, Rocío es un apoyo ahí de primera, lo ha vivido todo en primer plano. Es una persona que aporta mucho, me ayuda. Si alguna vez tenía algún miedo al dar un paso, me apoyaba para tirar hacia adelante. Es una persona que sabe apreciar, escuchar, disfrutar.

¿Cómo surgió lo de la kalimba?
Estaba yo haciendo el espectáculo Afectos con Rocío, y termina cantando ese bolero con kalimba, y con Pablo Martín al contrabajo. Llevaba dos meses encerrada en casa con la kalimba, llegué un día al estudio después de ensayar, con la kalimba. Mi técnico, Sitin Ubreva, un técnico muy bueno que también tiene mucho que ver en todo esto, es muy arriesgado. Le digo: “Mira Sitin lo que traigo, además te voy a cantar un bolero”. Me dice que lo grabe, y le digo que no, que es un disco de flamenco, cómo voy a grabar eso. Me dijo: “Tú entra al estudio y a ver que pasa”. Y se grabó en directo.

¿Tocando a la vez, no son pistas distintas tu voz y la kalimba?
No, no, en directo. Cojo mi kalimba, me ponen un micro para kalimba y voz, y venía tan emocionada del trabajo que llevaba, que salió a la primera, y ahí se quedó tal como. Me dice Sitin: “No te preocupes, que cuando el disco esté terminado lo escuchamos, y a ver que pasa”. Lo escuchamos, y le dije que lo pusiera como último tema. Se muestra sensibilidad, algo que contar, mi necesidad de querer tocar instrumentos. Soy flamenca, cantando un bolero suena flamenco.

Ayer leí una reseña de un concierto de La Macanita. En esa reseña, el cronista dijo “hizo cosas que no son flamenco, como una canción por bulerías”. Estaba leyéndolo y pensé… Oiga, yo he ido a ese concierto, he sido testigo, se refiere a un tema que hizo Fernando Terremoto antes de morir, con una melodía que no puede ser más flamenca, unos versos que no pueden ser más flamencos, y cantado por La Macanita ¡Si es el máximo de flamenco!
Si se me escuchara hablar a mi muchas veces… A veces escucho cosas que me llegan y digo “que flamenco es”. El flamenco creo que es una forma de expresión, no es el cante en sí, es como uno es. A veces he escuchado soleares que no tienen nada que ver con el flamenco.

¿Por qué hay debate entre lo que es flamenco y lo que no es?
A mi me gustan los debates que sean productivos, pero este tipo de debate… Creo que cuando uno es flamenco, no hace falta ni decirlo. Si se vive flamenco, se es flamenco.

Un ser humano cantaor, El Pola, me dice de vez en cuando que el flamenco es poder comerse un bocadillo todos los días
Estoy de acuerdo con él ¡Si yo no comiera, no podría hacer nada más! Completamente de acuerdo

Toda la verdad
Toda la verdad

¿Qué es el tiempo para La Tremendita?
El tiempo es algo que a veces me agobia mucho, porque es muy limitado. Pero el tiempo para mi es poder vivir, poder reflexionar, poder sacar conclusiones, hacer lo que te gusta, estar rodeado de los tuyos. Es poder comerte un bocadillo. La fórmula que se tiene para contabilizar la vida, pero a veces nos lleva a unos límites, entonces me evado y me voy a un campo sin cobertura, porque si no es complicado hacer arte con el tiempo. Trato de no estar al cien por cien con el tiempo, aunque a veces es difícil.

¿Cómo imaginas tu destino?
Haciendo música, cantando, aprendiendo, rodeada de instrumentos, compañeros. Así me imagino, es lo que quiero.

¿Para cuándo un álbum a dúo con Javier Ruibal?
Sería un regalo, un placer. Hay que decírselo de mi parte, yo estaría encantada. Javier Ruibal es una de mis grandes experiencias en los últimos años.

Javier me ha insistido con tu existencia de vez en cuando
Es un maestro, a mi me ha enseñado mucho en cada concierto que he hecho con él, cuando he ido a su casa. Me ha abierto el alma, que forma de expresarse… Es un maestro. Ojalá algún día pudiera hacerse algo así, él y yo.

Un sueño de La Tremendita
Yo tengo muchos sueños, pido mucho. Hay que pedir mucho para que algo llegue, para aumentar las posibilidades. Hacer música, estar sana.

Lo de pedir muchas cosas se aprende de pequeño, al hacer cartas a los Reyes Magos. Pedir diez cosas para que traigan dos, que si se piden dos cosas al igual no llega nada
Jajaja, claro, eso es. En realidad, cuando se es niño, se es sabio, hay que tomar nota de los niños.

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