El baile flamenco de Olga Pericet y Marco Flores
- Publicado en El Patio
Olga Pericet y Marco Flores, tanto por separado como en dúo, se encuentran entre los más relevantes artistas del flamenco actual a nivel internacional. Una noche de luna llena, justo antes de actuar, nos encontramos con ellos en la sala de ensayos situada en las cuevas del sótano del madrileño Corral de la Morería, el tablao flamenco más famoso del mundo, en el que Olga Pericet y Marco Flores serán los protagonistas del espectáculo diario en las próximas semanas, hasta el 13 de abril.
Por Jaci González @JaciGonzalez facebook.com/jacigonzalez
Fotos: Pacolega
¿Cómo se presentarían Olga Pericet y Marco Flores a sí mismos?
Marco: Sobre todo como bailaores de flamenco, muy buenos aficionados.
Olga: Sí, como bailaores estamos ahora mismo en una línea de trabajo bastante fuerte, en el momento que estamos viviendo y, bueno, llevamos nuestra forma personal de trabajar. También nos gusta tener un hueco para estar donde nos recuerdan nuestras raíces, donde nunca dejaríamos de estar, siempre mantener estar en un tablao.
Los dos tenéis un punto común peculiar, la influencia de la danza contemporánea pero siempre partiendo desde el flamenco
Marco: Sí, bueno, nosotros somos bailaores de nuestro tiempo, de hoy en día. Nos gusta estudiar, enriquecernos con otro tipo de disciplinas, pero ante todo somos bailaores, y cuando bailamos flamenco, pues bailamos flamenco.
En tu caso concreto, Dagmara Brown es culpable de muchas cosas buenas
Marco: Tiene mucha culpa, Dagmara es mi maestra de ballet clásico, me da una formación buenísima en sus clases. También el hecho de estudiar ballet clásico está enriqueciendo mi forma como bailaor y como bailarín.
Olga: Yo es que pienso que somos bailaores, contemporáneos porque estamos viviendo en este tiempo, un ciclo de modernidad. Todos los bailaores de ahora somos contemporáneos. Yo en mi caso sí que dialogo con otras artes, pero como ha sucedido siempre en el flamenco, viviendo la cultura de su momento, lo que estaba sucediendo. Más que una flamenca contemporánea, digamos que me considero una flamenca rara.
Una flamenca rara, como se vió en el Teatro de la Zarzuela en Statera, aquel paso a dos con Rocío Molina en Ángeles Caídos del Ballet Nacional de España
Olga: Pues realmente estábamos bajo una dirección que lo que quería era ponernos en un punto de almas gemelas, el ying y el yang...
Sí, me acuerdo, algo así como la chunga y la buena
Olga: Sí, la chunga y la buena jajaja. Bueno, nos salió con la música que nos dieron, empezamos a crear... Pero no nos planteábamos hacia donde iba dirigido, sobre movimiento, sobre cero, lo que nos iba surgiendo.
Quizás el primer espectáculo dirigido a dúo por Olga Pericet y Marco Flores fue Chanta La Mui...
Marco: Como dirección y espectáculo propio sí, Chanta La Mui. Pero ya llevábamos tiempo bailando juntos, en tablaos, habíamos hecho festivales y cosas de esas.
¿Cómo surgió en aquel momento Chanta La Mui?
Olga: La verdad es que el proyecto surgió por el Flamenco Festival London, nosotros ya estábamos desarrollando un estilo de artistas juntados por el destino, con Manuel Liñán y Daniel Doña. De repente surgió el hacer un flamenco a nuestra manera, por aquel entonces podíamos hacer algo con música grabada, sin estar músicos, experimentando la nuevas formas que estábamos creando. De ahí salió Chanta La Mui, nosotros dijimos que sí, nos metimos en un estudio, y empezamos a crear. Después las fichas se movieron, porque siempre entre los cuatro hay como cuatro formas distintas, donde uno sale donde entra, en este caso se fue Manuel y entró Daniel, y así se formó Chanta La Mui.
Marco: En Chanta La Mui había un diálogo de disciplina, y también de cabecita a la hora de dirigir, de coreografiar. Siempre era uno ponerse en la piel del otro, creo que eso fue un motor muy productivo para la coreografía, para la propuesta.
Una forma de evolución que tuvo relevancia para el siguiente espectáculo, Complot
Olga: Claro, es que generaba ahí un producto que se fue formando con el tiempo. Cada uno veníamos de un sitio, entonces la danza y el flamenco se unieron mucho, de una forma donde cada una se veía su identidad.
Marco: Cuando se veía contemporáneo era contemporáneo, cuando era flamenco, era flamenco. Cada disciplina estaba en su propio estado y en su lugar. Luego, por supuesto, había el diálogo. Creo que eso se ha convertido en un sello nuestro.
Poco a poco, han pasado siete u ocho años desde el origen de ese concepto...
Olga: Mantuvimos aquello cinco años, hasta que se llegó a un punto que no queríamos tener un sello 'forever', para siempre. Cuando cada uno tuvo que coger su camino, su propia carrera en solitario. Fue como un matrimonio temporal, con libertad, no queríamos esclavizarnos en ello.
Marco: La necesidad creativa era la que mandaba, y la que manda, porque el día que tengamos una idea interesante nos volveremos a unir, y a crear. No hay un final, vaya.
Como bailaores de flamenco, a dúo, ya han sido bastantes escenarios por el mundo... ¿Cuándo fue vuestra primera vez en Corral de la Morería?
Olga: Juntos, cuando el 50 aniversario de Corral de la Morería
Marco: En el año 2006
Olga: Aquí estamos como en casa, realmente nos tratan muy bien, los artistas ya nos quieren muchísimo, siempre ha habido una conexión importante, es un tablao bastante especial, por la forma que está habituada, y el lugar donde te colocan. La historia que rodea a Corral de la Morería, la fórmula y el sistema que hay aquí...
Y Blanca del Rey, que es un poco como madre de todos
Olga: Sí, además que Blanca viene y te quita las fórmulas que tienes, tu forma de bailar la transforma en otra, porque te coloca en un lugar especial y específico donde te tienes que defender. Y eso nos gusta a nosotros, ¡nos va la marcha!
De vez en cuando viene bien un cambio de esquema
Olga: Volver a tierra, volver a tierra...
¿Qué se va a encontrar de vosotros el público de Corral de la Morería en estas semanas?
Olga: Yo creo que la improvisación, el volver a un sitio y lugar donde nos van a colocar con lo que hay. No te puedo decir porque ni yo sé lo que voy a hacer ahora, porque no está ni ensayado, es un tablao, es un lugar especial que según los artistas que estén, las guitarras que tenemos, como se coloca el sistema, como surja aquí el baile, el cante, las guitarras... y con lo que tenemos se va hilvanando todo. Será flamenco espontáneo.
¿Cómo imagináis vuestros proyectos juntos en el futuro?
Marco: De hecho ya estamos. En cuanto a la creación estamos separados, pero Olga desempeña un papel como coreógrafa y ayudante de dirección en mi nueva producción. La comunicación no para entre nosotros dos, también tenemos previsto seguir bailando juntos.
Olga: Siempre estamos en contacto, ten en cuenta que hemos crecido juntos artisticamente, entonces aunque tengamos trabajos por separado con nuestras trayectorias en solitario, siempre echamos mano porque nos sentimos bien, necesitamos esa parte que necesitamos cubrir. Siempre estamos ahí. En el festival de Jerez, con Las Cinco Estaciones, volvimos a trabajar juntos y nos gustó. Creamos cosas que nos parecen satisfactorias. En el futuro ya hay proyectos entre papeles...
¿Qué es el flamenco para vosotros?
Marco: El flamenco es un arte universal, un arte rico nacido para el mundo entero. Te lleva a una forma de vida, es algo grandioso, quien tiene la suerte de descubrirlo se queda enamorado para siempre. El flamenco es como un peregrinaje si te enamoras.
Olga: Para mí es mi vida, es mi profesión, en lo que pienso cuando me levanto, me acuesto y estoy todavía pensando en él. Es como una religión, siempre se dice lo mismo, pero es así. Una cultura ámplia y abierta.
Un sueño de Marco Flores...
Marco: Bailar el máximo tiempo posible...
Un sueño de Olga Pericet...
Olga: Mantener la ilusión y las ganas, siempre. Por el arte y por la vida, estar ahí.